ALGUNAS ENSEÑANZAS DE LA HISTORIA. I.

Posted by javier on Tue, 10/21/2008 - 12:18 in

Título: La guerra que vino de África.Autor: Gustau Nerín.Editorial: Crítica.Gustau Nerin i Abad (Barcelona, 1968) cuenta en su libro “La guerra que vino de África” el desarrollo y formación del ejército español que participó en la colonización de Marruecos, y cómo puso en marcha y llevó a cabo el golpe de estado del 36, y al fracasar en ese intento se empleó en la guerra.El año de partida es 1909, año en que un buen número de los futuros golpistas empezaban su carrera militar en el Alcázar de Toledo, y allí comenzaron a vislumbrar los dos objetivos sobre los que harían carrera: los marroquíes que no se sometían y los españoles que aspiraba a una sociedad en la que no se les sometiese. La guerra de Marruecos sería un entrenamiento, la guerra del 36 fue la cumbre a la que aspiraban aquellos militares. El conflicto se apuntaba en las levas de soldados. Los jóvenes se veían arrancados de sus familias y sus trabajos para ir a la guerra, y la resistencia popular se fue fortaleciendo; los militares ante la resistencia intervinieron en numerosas ocasiones como en la conocida con el nombre de Semana Trágica de Barcelona.Un informe denominado “Picasso”, debido al apellido del instructor, descubrió la corrupción de todo tipo entre los militares. Su respuesta fue una intensificación de la presión sobre el gobierno central para que el caso se cerrase sin que se tomase ninguna medida. Entre tanto llevan a cabo ataques en la colonia con el único fin de ascender rápidamente, el resultado son las numerosas y enormes matanzas entre los colonizados, así como la respuesta de estos lleva a numerosos soldados de las tropas coloniales españolas a la muerte.Con el golpe castrense de Primo de Rivera, 1923, se libran de responsabilidades o son amnistiados. Primo de Rivera nombra un gobierno militar, desde el que se reparten los cargos de responsabilidad estatal y, además, militarizan la sociedad. Sus campañas en el norte de África terminan con los defensores marroquíes, pero también han dejado exhausta a la población española. No colonizaron Marruecos para hacer crecer su nivel de desarrollo, pues esto no ocurrió nunca, si no para hacer de Marruecos una fuente de jugosos ingresos y rápidos ascensos por los escalafones militares. El autor señala cómo hasta 1932 “la inversión militar superó ampliamente a la inversión civil”. Con la presión y las amenazas al gobierno de turno, los militares africanistas obtenían siempre resultados a su favor, en las guerras coloniales conseguían los ascensos muy rápidamente, para ello contaban las acciones bélicas en las que intervenían, muchas de ellas planteadas con el fin de sumar puntos, al margen de ninguna estrategia general, y aunque parezca terrible, también contaban, para esa suma personal que buscaba el ascenso, el número de muertos entre las filas de los soldados españoles. Gustau Nerin da cifras que hacen pensar: “n 1921 el ejército español contaba con sólo 111.435 hombres, frente a los 374.000 del ejército británico, pero España disponía de 419 coroneles y 60 generales de división, frente a los 377 coroneles y 20 generales del Reino Unido. En Italia y Alemania había un oficial para cada veinte soldados; en España, uno para cada cuatro.” En el informe “Picasso”, entre otras cosas, se decía: “...algunos de éstos conocerán el árabe, pero han olvidado las reglas de la hombría de bien, de honradez, de moralidad, ..., punto esencial del programa es que todos, absolutamente todos volvieran a ocupar en el escalafón el puesto que les correspondería si no hubiesen tenido ascenso por elección.” ¿Y qué ocurría entre los demás implicados?: Abd-El.Krim, lider de la resistencia marroquí, exigió una suma muy elevada a cambio de la liberación de los presos españoles, y Alfonso XIII, según los rumores del momento, se “quejó” burlonamente del alto precio de la “carne de gallina”, esa era la consideración en que tenía el monarca a los presos, gente trabajadora que había sido obligada. Pero si esto hacía aumentar el nivel de las protestas populares contra la guerra, las organizaciones políticas recogían de diferente manera el antibelicismo, el autor se detiene en la postura de los partidos: “El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se opuso con contundencia a la aventura marroquí, pero su actitud no surgía de una reflexión teórica sólida, sino que partía de un estado generalizado entre las clases subalternas. Los socialistas no se pronunciaban en contra de la agresión colonial, sino que protestaban porque el pueblo español tenía que sufrir las consecuencias de la guerra. Por eso sus campañas se articulaban con lemas tales como “¡Que vayan los ricos!” o “¡Que vayan los curas!” También los anarquistas se pronunciaban en contra de la guerra,...pero... insistían en que el pueblo español no debía pagar el alto precio de la aventura colonial, “¡Que vayan ellos!” solían decir. Los comunistas fueron siempre partidarios del abandono, y a partir de 1924 apoyaron claramente a la República del Rif.” Alfonso XIII en el negocio de los militares africanistas, en 1922, disolvió las Juntas, órganos encuadrados por los militares que se oponían a los ascensos como se venían haciendo para provecho de los colonialistas. Entre los éxitos de estos últimos está el haber hecho amnistiar al militar africanista Berenguer, procesado y condenado por el desastre de Annual, además de conseguir que en 1930 se le nombrase presidente del gobierno en sustitución de Primo de Rivera. A todo esto se debía añadir que Berenguer fue quien otorgó los primeros ascensos a Franco.Ramón Pedregal Casanova