DULCE CHACÓN, LA VOZ DESPIERTA.

Título:    La voz dormida.
Autora:   Dulce Chacón.
Editorial: Alfaguara.  

DULCE   CHACÓN (Zafra. Badajoz.1954) no ha muerto. Ha habido, eso sí, quien lo ha dicho, pero que va, yo sigo escuchando su voz despierta. Ella despertó “La voz dormida” de esta tierra, la voz que por amar y defender la justicia asesinaron, persiguieron, encarcelaron y finalmente se la siguió callando en un gesto conciliador que más era conservador. Dulce Chacón dijo que “La voz dormida” era “un homenaje a las mujeres republicanas en dos sentidos: primero, porque perdieron la guerra; segundo porque en la posguerra fueron sometidas a una reeducación machista, al tiempo que se les suprimió todos los derechos que se habían conquistado durante la República, además de no haber sido valorada su lucha en el frente de batalla, en las cárceles o en la resistencia. Su papel no fue secundario. Y considerarlo así también constituye una injusticia histórica.” Para conocer la situación de la mujer recomendaba el libro “Rojas” de Mary Nash. La primera vez que Dulce Chacón supo de la existencia de los republicanos, fue con la lectura de “Por quién doblan las campanas” de Hemingway, lectura que hizo “siendo jovencita”. Después se fue encontrando con otros libros que abrieron brecha en la información sobre esa etapa de España: “Luna de lobos” de Julio Llamazares, o “Maquis” de Alfons Cervera. Ella misma nos aclara cómo empezó a pensar en la novela: “Yo había oído la historia de una mujer que estaba embarazada cuando acabó la guerra, la condenaron a muerte y esperaron a que naciera el hijo para fusilarla. Esa historia me impresionó muchísimo y empecé a rastrearla, y al rastrear esa historia me encontré con muchas otras que eran, a lo mejor no tan dramáticas, pero muy bárbaras también”, y la investigación duró cuatro años. Si “La voz dormida” ha sido calificada como una de las novelas “más conmovedoras”, “más emocionantes”, “más importantes de los últimos tiempos” por la crítica tanto española como extranjera, el público lector lo ha corroborado prestándole una atención tan especial como muy pocas veces ha ocurrido en España.

Ramón Pedregal Casanova