La otra mirada. Antología del microrrelato hispánico

Posted by dmaranon on Sun, 06/08/2008 - 20:27 in

Título: La otra mirada. Antología del microrrelato hispánico.
Edición de David Lagmanovich.
Edita: Menoscuarto Ediciones.

LA OTRA MIRADA.

Apunta como grande siendo el más pequeño, como apto para lectores sensibles habiendo sido despreciado, como puro cuando se ha dicho de él que es un híbrido, nos referimos al microcuento, microrrelato, minificción, …

El micro literario empieza a leerse profusamente y también a escribirse; tiene algo de fogonazo, algo de golpe rápido y eficaz, algo que rompe nada más empezar y cambia, que impide al lector que lea igual una palabra que la siguiente. El microcuento lleva en su naturaleza algo inesperado, sorpresivo, es una formación literaria que cuando se intenta asimilar comprobamos las numerosas ramificaciones profundas que le alimentan. Si estamos atentos lo vemos aparecer en el bullicio y a la luz, en la sombra relajante, en cabezas enmarañadas y en cabezas transparentes. El microcuento, relato, ficción, tiene un lado de epifanía, de descubrimiento súbito y sorprendente.

Dos títulos que se ocupan de él: "Las huellas del equilibrista", de Antonio Fernández Molina, y, "La otra mirada. Antología del microrrelato hispánico", que contiene un magnífico prólogo explicativo del género, y una selección de microcuentos cuidadísima, con la que seguro, de todas todas, el lector va a disfrutar. Un tercer libro, este de cuentos, que contiene un apartado de microcuentos, es el titulado: "Cuentos del exilio republicano español. Sólo una larga espera". El pequeño grupo de microcuentos que habitan aquí, llevan las firmas de Max Aub, Manuel Andujar, Arturo Barea, Francisco Ayala, y, Pere Calders, y son monstruos de la brevedad, el humor, a veces negro, y como en los títulos anteriores quienes escriben se colocan en "la otra mirada" que es la que reescribe todo: vida cotidiana, filosofía, mundos interiores, escritos clásicos, historias mitológicas, información periodística,…

Más allá del más conocido de todos los microcuentos, "El dinosaurio", de Augusto Monterroso, que no expongo aquí por sabido, ahora permítanme que les transcriba algunas de las joyas más breves, de humor negro, que encontramos en estos libros, menos conocidos e igualmente atrevidos en su condición de microcuentos y, desde luego, atractivos:

Antonio Di Benedetto: "Oscurecimiento".

    "El suicida se cuelga del cuello con el cable telefónico. La ciudad queda a oscuras."

Pablo Urbanyi: "La paz".

    "Por fin, luego de años de practicar yoga, de comer solo vegetales o comida macrobiótica, de estudiar budismo y sufismo, psicoanalizarse durante una década, la paz infinita que anheló toda su vida descendió sobre él; sin embargo, nunca se enteraría ni lo disfrutaría."

Max Aub: "Errata."

    "Donde dice: La maté porque era mía. Debe decir: La maté porque no era mía."

Max Aub: "(Es que ustedes…)"

    Es que ustedes no son mujeres, y, además, no viajan en camión, sobre todo en el Circunvalación, o en el amarillo cochino de Circuito Colonias, a la hora de la salida del trabajo. Y no saben lo que es que la metan a una mano. Que todos y cualquiera procuren aprovecharse de las apreturas para rozarle los muslos y las nalgas, haciéndose los desinteresados, mirando a otra parte, como si fuesen inocentes palomitas. Indecentes. Y una procura hurtarse a la presión y empuja hacia otro lado. Y ahí otro cerdo, con las manos en los bolsillos rozándola a una. ¡Qué asco! Pero ese tipo se pasó de la raya: dos días seguidos nos encontramos lado por lado. Yo no quería hacer un escándalo, porque me molestan, y son capaces de reírse de una. Por si acaso me lo volvía a encontrar me llevé un cuchillito, filoso, eso sí. Sólo quería pincharle. Pero entró como si fuera manteca, puritita manteca de cerdo. Era otro, pero se lo merecía igual que aquél."

Lean, lean que lo van a disfrutar. Ahora si ustedes escriben o pretenden escribir, pueden encontrar certámenes de microcuentos como el convocado por Escuela de Letras.com, que entre sus disciplinas cuenta con el estudio y el trabajo de esta microjoya literaria.

Ramón Pedregal Casanova