50 AÑOS. ¿QUÉ SABE USTED DE EINSTEIN?

Posted by javier on Fri, 10/10/2008 - 21:17 in

Título: Albert Einstein. Ciencia y conciencia.

Autor: Francisco Fernández Buey.

Editorial: Ediciones de Intervención Cultural. El Viejo Topo.


Einstein después de 50 años de su muerte es mucho más que la ley de la relatividad. Es mucho más porque fue mucho más que científico. En el volumen titulado “Albert Einstein. Ciencia y conciencia” de Francisco Fernández Buey, encontramos muy poderosas razones para tenerlo presente, tanto como científico como ser humano implicado en los conflictos que atañen a la gente en general, es decir, que nos atañen, que tienen que ver con nosotros. Como tantos otros alemanes de cualquier raza, pensamiento y condición no nazi debió salir huyendo de los acólitos de Hitler. ¿Cómo llamaría usted a los seguidores del nazismo?: de esos, se ha sabido ahora, formaba parte en aquella Alemania el que hoy conocemos con el nombre de Benedicto XVI –cuando escribo estas líneas se cumplen 60 años del final de la 2ª Guerra Mundial- y aunque se le ha solicitado que denuncie esa ideología y sus crímenes y pida perdón por su pasado, se mantiene en silencio. Qué vidas tan distintas la de Einstein y la de Benedicto XVI. Cuando Einstein salió de Alemania ya era bien conocido en todo el mundo. Su traslado a EEUU le puso en contacto con las universidades y los científicos de aquella parte del Atlántico, pero no perdió de vista en ningún momento lo que ocurría en Europa. Su posición en contra de las guerras en general y en particular tanto de la Primera como de la Segunda mundiales, resultó una bandera de denuncia y un referente para las gentes sencillas, no así para los científicos en general, que eran buenos servidores de los nazis muchos de ellos; téngase en cuenta que la burguesía europea y estadounidense prefería al nazismo a cualquier cambio social que pudiese promoverse desde abajo, no se olvide la República Española. Sólo tres científicos firmaron con él un manifiesto contra la guerra.

Por lo que se refiere a su teoría de la relatividad, no fue sólo una formulación científica si no que nos descubrió otra manera de mirar y entender lo que nos rodea. Si la ciencia y la filosofía parecen hoy separadas no es más que un producto de las circunstancias generales, pero en el caso de Einstein encontramos al científico y al hombre que reflexiona sobre la experiencia de vivir. Su interés por el avance del conocimiento y por las circunstancias cambiantes de la sociedad, le llevaron a denunciar el uso que se hacía de los descubrimientos y los peligros que corría la Humanidad bajo determinados mandatarios. Pensaba que el científico no era un cerebro de laboratorio, pensaba que el científico se debía a la sociedad y por tanto su trabajo repercutía en el conjunto de la población. Einstein en su juventud quería ser profesor de matemáticas porque decía carecer de fantasía y actitudes prácticas, era entonces un joven humilde, y siendo mayor y conservando esa humildad se vio sorprendido por la admiración que despertaba. Quizás su actitud tan modesta resultase de una educación y una vida familiar en la que imperaba la sencillez y la razón, y alguna dificultad económica, lo que acabó haciendo de él una persona con opinión propia, crítica y racional alejándole de lo superfluo. También el carácter de sus conversaciones, discutidor nato sobre todo en temas científicos, y su pacifismo, hicieron de él una personalidad reconocida pero mirada con recelo y hasta con rechazo en los ambientes políticos más variados. Después de que el gobierno de EEUU mandase tirar las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, se mostró triste y lamentó el uso que se había hecho con los descubrimientos científicos, y declaró que si pudiese elegir, para otra vez, preferiría ser fontanero o buhonero. En un escrito de su puño y letra leemos: “El peor producto de la vida de rebaño es el sistema militar, plaga de la civilización que debería abolirse lo más rápidamente posible. Odio el culto al héroe, la violencia insensata y todo ese repugnante absurdo que se conoce con el nombre de patriotismo. Tengo en tan alta consideración al género humano que creo que este espantajo habría desaparecido hace mucho si los intereses políticos y comerciales, que actúan a través de la enseñanza y de la prensa, no corrompiesen sistemáticamente el sentido común de las gentes.” Si vivimos hoy bajo el efecto benéfico de sus descubrimientos, también vivimos bajo el aprovechamiento peligroso de ellos por parte de los grandes emporios. Su crítica, que alcanzó al PCUS por los procesos políticos y sus condenas, a las que llamó “asesinato legal”, también se dirigieron a quienes se empleaban bajo el término “liberal”. Crítico la creación de la OTAN al margen de las Naciones Unidas; también por aquel entonces EEUU hablaba de “guerra preventiva” -¿les suena lo de “guerra preventiva”?- contra la Unión Soviética, y se opuso con energía a ello. Murió en 1955. “Albert Einstein. Ciencia y conciencia” nos presenta a un ser humano capaz de manifestar su opinión contra los responsables primeros de la marcha del mundo, de defender sus posturas sin tener poder, de equivocarse y corregir, de mantener sus diferencias con los demás, y de poner su conocimiento al servicio de la Humanidad, y de protestar cuando los poderosos lo utilizan en contra de todos. Científico, filósofo, a cincuenta años de su muerte, Einstein es un ejemplo en el que mirarse.


Ramón Pedregal Casanova