HYPATIA, IGUALDAD Y RAZÓN.

Posted by javier on Mar, 10/21/2008 - 12:23 in

Autor: Pedro Gálvez.Título: Hypatia.Editorial: Lumen.Pedro Gálvez es el autor del libro titulado “Hypatia”. Pocos datos más se nos dan sobre él; parece que se pone todo el empeño en que conozcamos a ésta personalidad histórica: Hypatia. El autor cruza siglos y siglos de nuestra era y nos la trae como una joya asombrosa. El discurso narrativo no presenta una gran fuerza, pero la reconstrucción histórica nos lleva a un saber que nos conmueve.El Egipto antiguo había alcanzado un estado social en el que el desarrollo del conocimiento tenía una preponderancia enorme, y su contacto con Grecia dio como consecuencia un nuevo impulso a la libertad de pensamiento. La creación de centros de estudio, donde la razón se aposentó, aún hoy llama la atención y resulta ilustrativa. Ya en el año 370 la ciudad de Alejandría era la más importante. En ella las religiones y la razón convivían, difícilmente, pero convivían. Por otro lado, en el antiguo Egipto, la mujer disponía de su vida, tenía los mismos derechos de herencia, de gobierno, podía emprender negocios, era igual al hombre y el hombre igual a ella. En esa ciudad se levantó el Museo, o templo dedicado a las Musas, estaba inspirado en el Liceo griego aristotélico; además de dedicarse a las investigaciones científicas y filológicas, atrajo a pensadores de todo el mundo facilitando sus trabajos al ofrecerles el mantenimiento debido por parte del Estado. Alejandría fue la ciudad con la mayor biblioteca del mundo, insuperable hasta después de la invención de la imprenta. En ella se recogía todo el conocimiento y el saber humano que existía o se producía en cualquier parte. La llegada a la ciudad por mar era recibida con el faro, cuya base cuadrada tenía más de 300 metros de lado y cerca de 200 metros de altura, en cuya cúspide albergaba una hoguera que permanecía siempre encendida con leña, hasta donde llegaban los porteadores por medio de una rampa, además disponía de ascensor. La llama se veía en la noche a cuarenta kilómetros de distancia. Egipto, el país que fue capaz de dar cotas de conocimiento algunas de las cuales (en medicina, en agricultura, en arquitectura, en filosofía,...) se han alcanzado en el siglo XX, también fue capaz de dar personas como Hypatia, mujer que participaba de la saber de su época, que daba clases de filosofía y dirigía la biblioteca más importante del mundo. Hypatia es la bandera para muchas mujeres, es el ejemplo de lo que una mujer puede alcanzar en un mundo donde el conocimiento y la igualdad sean respetados. Nació en el 370 de nuestra era y murió asesinada en el 415 a manos de los cristianos, seguidores de Pablo de Tarso, más conocido como San Pablo, que dejó escrito: “Las mujeres escuchen en silencio las instrucciones y óiganlas con entera sumisión, pues no permito a la mujer el hacer de doctora en la iglesia, ni tomar autoridad sobre el marido; más estése callada en su presencia, ya que Adán fue formado el primero, y después Eva, como inferior; y además, Adán no fue engañado, más la mujer, engañada por la serpiente, fue causa de la prevaricación del hombre. Verdad es que se salvará por medio de la buena crianza de los hijos, si persevera en la fe y en la caridad, en santa y arreglada vida. Las mujeres callen en las asambleas, porque no les es permitido hablar allí, sino que deben estar sumisas, como lo dice también la ley. Que si desean instruirse en algún punto, pregúntenselo cuando estén en casa a sus maridos. Pues es cosa indecente en una mujer el hablar en la asamblea. Lo cierto es que no debe el varón cubrir su cabeza, pues él es la imagen y gloria de Dios; mas la mujer es la gloria del varón. Que no fue el hombre formado de la hembra, sino al contrario la hembra del hombre. Por tanto debe la mujer traer sobre la cabeza la divisa de la sujeción.” Puede usted, lectora o lector, a la luz de lo que diariamente algunos, desde la Iglesia, pregonan, y otros llevan a cabo, sobre la mujer en general y una mujer en particular, puede usted, digo, sacar conclusiones. El asesinato de Hypatia, filósofa, directora de la Biblioteca en Alejandría, fue un ejemplo claro del oscurantismo cristiano que, como un manto, iba a ir cubriendo poco a poco y durante siglos el pensamiento. Qué terrible es, transcurridos tantos y tantos y tantos años, seguir escuchando esa voz que ha causado pavor, que ha sojuzgado, que ha sometido, que ha esclavizado, con subterfugios irracionales (eso que hoy se llama fundamentalismo) como muy poco a la mitad de la Humanidad, a las mujeres.La biografía novelada que presenta Pedro Gálvez, nos pone en el camino del conocimiento de Hypatia, de su época, y de su asesinato. Y paralelamente leeremos sobre nuestra sociedad, sobre nosotros y nuestra libertad, reconociendo las voces de los seguidores de Pablo de Tarso, alias San Pablo, que sin vergüenza alguna, estimulando la aberrante desigualdad entre mujeres y hombres, se proponen como primer peldaño de su programa de atraso histórico llevar a cabo una campaña que sojuzgue a quienes escapan de su poder. Para enriquecernos más literariamente, una novela, ficción, y obtener más datos sobre aquel momento histórico convendría leer “La Perra de Alejandría”, de Pilar Pedraza. Ramón Pedregal Casanova.